Hace 21 años el artista Andrés Durán Dávila instalaba en distintos espacios públicos de Santiago una carpa, del tipo canadiense, en cuyas caras exteriores estaba impresa la imagen de una vivienda de emergencia, conocida en Chile popularmente como mediagua. La obra era parte de su primera exposición individual realizada en Galería Gabriela Mistral, llamada “Terreno baldío”, que abordaba con mirada crítica la precariedad de las políticas habitacionales y la condición de invisibilidad social de dicho problema, así como la transitoriedad y lo efímero de los elementos que componen el paisaje.

En el 2022, Durán retoma este problema con “Insular”. Esta exposición consiste en la instalación de numerosas carpas de diferentes formas y tamaños —todas modeladas y construidas especialmente por el artista—, que tienen impresas imágenes de vegetación que cotidianamente se desborda en las aceras y el pavimento. “Insular” se propone desafiar el ejercicio cotidiano de mirar el paisaje, por medio del levantamiento de un campamento, acción que realza la figura actual de la carpa, como un símbolo que evidencia la dura realidad de miles de personas en situación de calle en todo el país. La vegetación que contienen las telas de las carpas evoca poderosamente el efecto incontrolado de una naturaleza que, pese al esfuerzo humano, se escapa del control urbano. Las carpas de “Insular” se despliegan a través de toda la sala, permiten que el espectador pueda recorrerlas y reconocer en cada una de ellas diferencias y contrastes entre la realidad constructiva y el artificio artístico.

La instalación es acompañada también con la proyección a gran escala de un video, que expone el registro real del levantamiento de algunas de las mismas carpas, en distintos intersticios específicos del barrio alto. Se trata principalmente de áreas verdes que quedan a merced de autopistas, a las cuales resulta muy complejo acceder físicamente, lo que las hace sólo un espacio decorativo entre el cemento y el paso frenético de vehículos. Al ser impresas con plantas silvestres de la ciudad, las carpas se mimetizan con estos fragmentos de “vacíos” verdes de la urbe, y exponen con ello el sentido insular de una condición anómala, en tanto carpa (instalada en la calle) y locación (en un espacio no contemplado para el desplazamiento humano). La acción de Durán, al igual que gran parte de sus trabajos, aborda la noción de invisibilidad de elementos permanentes de la calle, y se localiza en lugares sociales de privilegio de la ciudad (barrio alto), donde la precariedad habitacional es prácticamente inexistente o neutralizada. “Insular” nos invita a explorar críticamente lo que no vemos, lo que nos incomoda o no queremos ver, de un problema humano y político que lamentablemente, así como hace 21 años, ha seguido existiendo y agudizándose a través del tiempo.

Sebastián Vidal Valenzuela (texto de muro exposición)